Nuestra historia

El origen del movimiento

En 1996, el Dr. Donald McKenzie, especialista en medicina del deporte de la Universidad de British Columbia (Vancouver, Canadá), formó el primer grupo experimental de remo en bote dragón compuesto por mujeres operadas de cáncer de mama. Eligió esta modalidad porque el movimiento de palada requiere un ejercicio grupal y repetitivo que fortalece el torso y los brazos, promoviendo además el espíritu de equipo, la armonía y la confianza.

Con el tiempo, se demostró que el entrenamiento físico continuo y progresivo ayuda a prevenir el linfedema, un efecto secundario común tras cirugías con vaciamiento axilar por cáncer de mama.

Mesa de trabajo 2
  • El éxito del proyecto atrajo a muchas mujeres, dando lugar a la creación del primer equipo de remo llamado “Abreast In a Boat”. Este nombre juega con el doble significado de las palabras “a breast” (un pecho) y “abreast” (uno al lado del otro).

    Este equipo pionero inspiró la formación de más de 250 equipos similares en 32 países alrededor del mundo. Todos ellos están nucleados por la IBCPC (International Breast Cancer Paddlers Commission).

    Nuestra presidenta honoraria, encargada de las relaciones institucionales e internacionales, representa a Argentina en la IBCPC y forma parte del panel de asesores médicos.

El nacimiento de Rosas del Plata

En julio de 2015 se dio inicio al proyecto para crear el equipo Rosas del Plata en Buenos Aires, liderado por su fundadora y capitana, la Dra. Matilde Yahni. El proyecto comenzó luego del contacto con una remadora argentina del equipo Abreast Divas de Vancouver, Canadá, quien buscaba impulsar la formación de equipos en Sudamérica.

En octubre de ese mismo año, se realizó el primer entrenamiento de Rosas del Plata en el Club Náutico Hacoaj, que cedió generosamente sus instalaciones, personal operativo e instructores voluntarios en la localidad de Tigre. En aquel entonces, eran solo cinco sobrevivientes.

Consolidación y crecimiento

Desde el comienzo, los objetivos principales fueron: constituirse como una Asociación Civil sin fines de lucro, conseguir botes propios y obtener todo el equipamiento necesario para la práctica del remo.

En 2021, uno de los grandes sueños se hizo realidad gracias a la generosidad del Club Nordelta, que facilitó un espacio de entrenamiento y guarda para los botes en Puerto Canoas.